El Poder de la Oración

El poder de la oracion

El poder de la oracion

El poder de la oración. Recorriendo la ciudad en el auto, tratando de despejar la mente de todas las preocupaciones del día a día, encendí la radio y la letra de una composición llamó mi atención. Citaré en el siguiente fragmento de Óscar Medina:

El poder del cristiano,

Está en la oración,

El que ora constante,

Vencerá en todo tiempo,

La tentación.

 

El poder del cristiano,

Está en Jesús,

Y Cristo nos dijo,

Orad siempre, siempre,

Porque la respuesta,

Está en la oración.

Y el enemigo,

Caerá vencido,

Caerá ante tus pies,

Y en toda lucha,

Y en toda prueba,

 

Tú podrás vencer.

Si oras ferviente,

Con toda tu mente,

Y tu corazón,

Las fuerzas del mal,

Querrán destruirte,

Y tu fe herirte,

Pero no podrán.

 

Dejando a un lado la religión

El asunto es una cuestión de fe, y el día que escuché esta canción pude darme cuenta de que, ciertamente, creemos en Dios y en la grandeza de su poderío. Sin embargo, la fe sin obras es muerta. En este sentido, claramente entendemos que si no nos dedicamos a tener una relación activa con el Señor, nada que estemos esperando nos será dado.

“Dedíquense a la oración: perseveren en ella con agradecimiento” (Colosenses 4:2).

Esperamos muchas cosas de Dios: sanidad, provisión y prosperidad. Por eso, cuando carecemos de alguna de estas cosas, tendemos a renegar de Él. Cuando la clave depende de nosotros, ya que, para recibir el tan anhelado milagro solo debemos avivar el poder de la oración.

Dios quiere bendecirnos, pero para hacerlo solo espera nuestra consagración.

Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos” (Hebreos 4:16).

La mayoría de las veces perdemos nuestra comunión con el Señor por darle cabida a los ataques del enemigo. Le damos paso a las emociones negativas como el odio y la envidia. Estoas nos hacen caer en conflictos banales que nos alejan de sus caminos. Mas no debemos permitirlo, al contrario, durante la prueba corramos a los brazos del Padre.

“Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden” (Santiago 4:2).

A veces es difícil explicar el poder de la oración a otras personas. Quien lo ha vivido, no sabría expresar las grandezas del Padre. No obstante, para quien no lo ha experimentado es difícil de entender. Lo cierto es que

“Ya se acerca el fin de todas las cosas. Así que, para orar bien, manténganse sobrios y con la mente despejada” (1 Pedro 4:7).

Habla con Dios, desarrolla el poder de la oración

Hablar con Dios es un acto sagrado al cual algunos no le dan importancia

“Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará” (Mateo 6:6)

Es la manera más idónea de preparar nuestro espíritu para recibir dirección;

“Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración, junto con las mujeres y con los hermanos de Jesús y su madre María” (Hechos 1:14).

Pide sabiamente

Sin embargo, al orar debemos tener presente 4 cosas:

  1. Hablar y pedir sabiamente.
  2. Aunque no veamos resultados debemos alabar a Dios y estar alegres.
  3. Esperar tranquilos la respuesta del Señor, pues será dada en su justo momento.
  4. Orar sin cesar.

Como ves estos sencillos pasos son claves para acelerar el poder de la oración. Síguelos y atrévete a despertar el mover de Dios en tu vida a través de tu clamor, recuerda Jesús dijo:

“Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes” (Jeremías 33:3).


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