Deja Que Su Serenidad te Gobierne


Deja que la serenidad te gobierne

Actualmente, muchos países viven situaciones difíciles debido a la mala administración de sus gobernantes. Crisis económica, alimenticia y de salud reinan en el interior de las Naciones donde los únicos perjudicados son sus ciudadanos. Los cuales viven en medio del desasosiego y ansiedad. Si donde vives estás pasando por circunstancias como estas, no temas. No permitas que las malas noticias ni la situación, aunque preocupante, dominen tu vida. Pon tu confianza en Dios y deja que la serenidad te gobierne.

Tu prosperidad no depende del hombre

Dios es amor y “Sus caminos son caminos agradables y todas sus sendas, paz” (Proverbios 3:17).

Él es quien puede interceder, “Por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad”(1 Timoteo 2:2).

Confiemos en el Señor como lo dice su palabra:“

No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí” (Juan 14:1).

La bondad viene de Dios, esto quiere decir que nuestra prosperidad no depende del hombre. Esto significa que debemos orar al Padre para que

“La obra de la justicia sea paz, y el servicio de la justicia, tranquilidad y confianza para siempre” (Isaías 32:17).

Para que podamos decir: “Yo me acosté y me dormí; desperté, pues el SEÑOR me sostiene” (Salmos 3:5). No importa cómo estén dirigiendo tu país, mantén la calma, pues lo que has de recibir te será dado. “Vuelve, alma mía, a tu reposo, porque el SEÑOR te ha colmado de bienes” (Salmos 116:7). Tan solo deja que la serenidad te gobierne.

Pero, ¿cómo vencer la intranquilidad cuando el temor se apodera de nuestro espíritu?

Es simple, poniendo a Dios como nuestro principal proveedor: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:17). Por lo que podemos clamar ¡Abba, Padre! Aunque la escasez nos alcance en lo postrer, de abundancia seremos saciados.

Sin embargo, es normal que las autoridades, para mantener su poderío, tomen atribuciones que incumplan la norma y hagan que esto afecte a los habitantes, Estos, ante la decepción producto de abusos y atropellos, terminan tomando acciones que desagradan a sus dirigentes. Por lo que, “Si la ira del gobernante se levanta contra ti, no abandones tu puesto, porque la serenidad suaviza grandes ofensas” (Eclesiastés 10:4).

Conclusión

Muchos son los que han huido de su lugar de origen debido a las vicisitudes que tienen que pasar, pero que este no sea tu caso. Dios te dice “Estad quietos, y sabed que yo soy Dios; exaltado seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra” (Salmos 46:10). No corras ni te aíres, cuando menos lo esperes Dios otorgará redención.

Deja que serenidad te gobierne.“Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios”(Filipenses 4:6) . Estemos tranquilos, en el momento justo, las cosas mejorarán. Por eso, durante y después del proceso, humillémonos delante del Señor y demos gloria y alabanza al dueño de paz.

 


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