Aprende a Esperar en Dios

Aprende a Esperar en Dios

Aprende a Esperar en Dios

Salmo 40: Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso.

 

Esperar en Dios con paciencia es una de las virtudes que toda persona debe desarrollar, sobre todo, cuando se trata el fiel cumplimiento de la promesa de Dios para nuestras vidas.

En oportunidades, el Señor ha prometido restauración y bendición para nuestras casas, o nuestras familias, pero el proceso de transformación puede que tarde un poco y allí la clave de aprender a esperar en Dios.

Todo lo queremos al instante

En un mundo donde todo avanza velozmente, donde la tecnología y las redes sociales han acaparado gran parte de nuestro tiempo. Todo lo queremos rápido y furioso, una sopa instantánea, una avena, un arroz, cualquier cosa. No podemos pensar que Dios también actuará así, o que Dios es instantáneo.

Uno de los grandes tratos que tiene el Señor para nuestras vidas es su tiempo y la manera en cómo hace las cosas. Así que sencillamente no podemos pensar que Él hará todo como nosotros queremos, debemos más bien entender que su voluntad es perfecta y Él hará como quiere.

Ahora bien, a pesar de que Dios hace las cosas a su manera y buscando siempre nuestro favor, debemos analizar cómo es nuestra postura mientras esperamos en Cristo. Es decir, cuál es nuestra actitud.

Nuestra actitud al esperar en Dios

Como personas con naturaleza carnal, muchas veces las pruebas se vuelven un episodio muy frustrante para nuestras vidas. Podemos decir que amamos a Dios, pero eso no nos excluirá de tormentas o momentos difíciles.

El verdadero amor a Dios se manifestará, si en medio de aquellas batallas aún seguimos honrándole y si en medio de aquellas pruebas aún seguimos amándole, es allí donde debemos aprender a esperar en él.

Puede que pasemos tiempo sin recibir respuesta, puede que haya circunstancias que no entendamos, pero esperar en Dios es entender que a su debido tiempo, Él responderá.

Cuidado con la impaciencia, la ansiedad y la angustia

La impaciencia, la ansiedad y la angustia, solo nos llevará a un declive espiritual, donde el ánimo dual se apoderará de nuestras vidas y donde podemos llegar a perder la promesa del Padre para nuestras vidas.

La Biblia dice en el libro de Romanos 12: 12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración.

En otra versión dice “muestren paciencia en el sufrimiento”, y esto hace referencia a mantener la calma y esperar pacientemente en medio de la circunstancia y el dolor. Todos debemos entender que existirán circunstancias que nos serán difíciles de cambiar, donde nuestra fuerza humana no puede hacer nada. Pero allí es donde debemos comprender, aceptar y esperar en Dios.

Si estás en un proceso difícil para tu vida, mi consejo es que puedas aprender a esperar en Dios, siempre manteniendo un espíritu diferente, que aunque haya cosas que no comprendas, no uses tu boca para maldecir o para hablar incredulidad.

Al contrario, debes levantar un clamor a Dios, debes acercarte a su presencia por medio de la oración. Los tiempos difíciles revelan que tan cercano es tu corazón hacia el Padre, pues en lo íntimo podemos conocerle y aceptar su voluntad.

En resumen

Puede que hoy sea difícil esperar en Dios, o que la tormenta esté arropando tu casa, pero vale la pena clamar el Salmo 30: 5 “… por la noche durará el lloro y por la mañana vendrá la alegría”.

Los tiempos difíciles no duran toda la vida, pero la actitud frente a las circunstancias es lo que puede determinar quiénes somos en Cristo Jesús.

Es decir, no se trata de aparentar, sino de más bien aprender a aceptar la soberanía de Dios y aprender a esperar en él; cuando aguardamos con paciencia, cuando aceptamos su voluntad, lograremos ver su manifestación gloriosa en nuestras vidas.


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