Afecto y efectivo


afecto y efectivo

Estaba una mañana revisando las redes sociales, me topé con una imagen que decía: “Estoy en un momento de mi vida en el que ya no quiero afecto sino efectivo”. Obviamente, me dio risa porque al final esa es la intención de los conocidos “memes”. Pero esto también me llevó a reflexionar que, lastimosamente, así se vive hoy en día: El amor al dinero está remplazando muchas cosas y es por esto que la gente cambia el afecto por efectivo.

La familia, el hogar, los amigos, el trabajo, el entorno y las religiones se han corrompido, porque la sociedad ha contribuido a que el materialismo se vuelva lo más importante en nuestras vidas, cuando el primer lugar de todo lo debería tener Dios.

El dinero es la raíz de todo mal

Hay un versículo de la Biblia que dice:

“Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6:10).

Razón y verdad encierra este pasaje, ya que actualmente la gente ha quitado la mirada de Jesús para fijarse en banalidades y es por eso que ya “nadie está por nadie”.

¿Qué ha pasado con la humanidad?

Esta es una buena pregunta ¿Por qué ya nadie se interesa por el prójimo, los animales y la naturaleza? El libro de San Mateo capítulo 24 versículo 12 dice:

“Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”. Hemos dejado de nutrir el espíritu y la vanidad se ha apoderado de los corazones.

Hoy en día las personas intercambian afecto por efectivo. Anteriormente, esta conducta le era aceptada a las llamadas “mujeres de la vida alegre”. Sin embargo, hoy en día somos muchos los que hemos adoptado esta ideología y hasta se ha querido normalizar.

Vivimos excusándonos de todo, la frase “El fin justifica los medios” se ha vuelto nuestro lema. Ya no hay padres que se preocupen por enseñar y educar a sus hijos porque para eso están los televisores, los teléfonos, las computadoras y la internet por esto las nuevas generaciones están creciendo llenos de conocimientos, pero sin valores y eso está haciendo que los mismos usen su aprendizaje de forma errónea.

Nos hemos apartado de Dios y nuestra mente se ha dejado llevar por la codicia

Nuestros sentidos se han abierto a todo lo que nos ofrece el mundo y su tecnología y es por esto que Jesús ya no mora en nosotros. Sin embargo, “Una persona sabía debe tener el dinero en la cabeza mas no en el corazón” (Jonathan Swift).

El dinero escasea y desaparece, pero el amor de Dios permanente para siempre:“Es mejor tener el banco en el cielo que tener el cielo en el banco”. Los malos son castigados y se llenan de tristeza, pero los buenos son exaltados y alcanzan felicidad “Dios nos dio el don de la vida; ahora depende de nosotros darnos el don de vivir bien” (Voltaire).

En resumen

Nada mejor que el abrazo de un padre, la palmada sincera de un amigo, el aliento de un hermano, el apoyo de un esposo(a), el halago de un compañero y el reconocimiento de los demás. Ningún objeto por más tecnología e inteligencia que posea reemplazará el amor y el calor humano. El dinero no iguala a las personas y mucho menos a Dios, por eso deja de cambiar afecto por efectivo y refúgiate en el amor del Señor.


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